Marzo 18 de 2013
Últimamente hemos estado
expuestos a una serie de rumores que aseguran que nuestro país se encuentra al
borde de sufrir una Burbuja Inmobiliaria, que muy seguramente, desencadenaría
una nueva, preocupante y dolorosa crisis económica.
El
creciente aumento en la concesión de crédito a los hogares, sumado a la
sobre-explotación del sector inmobiliario en las principales ciudades
colombianas, han sido determinantes para empezar a sospechar de la posible
"burbuja" que llegaría para desestabilizar la economía familiar y
personal.
La clase media en Colombia es quizá la que más crecimiento acelerado ha tenido durante los últimos años, razón fundamental para que el fenómeno de la construcción masiva de viviendas sea protagonista en nuestra actual economía.
El particular comportamiento financiero que hemos venido experimentando, ha estado enmarcado por una fuerte tendencia al consumo y al gasto, reflejándose principalmente en un aumento en la demanda, no sólo de los bienes raíces, sino también en el mercado de automóviles, de productos y servicios tecnológicos, sin olvidar por supuesto la fuerte tendencia al gasto en actividades de recreación y esparcimiento.
La clase media en Colombia es quizá la que más crecimiento acelerado ha tenido durante los últimos años, razón fundamental para que el fenómeno de la construcción masiva de viviendas sea protagonista en nuestra actual economía.
El particular comportamiento financiero que hemos venido experimentando, ha estado enmarcado por una fuerte tendencia al consumo y al gasto, reflejándose principalmente en un aumento en la demanda, no sólo de los bienes raíces, sino también en el mercado de automóviles, de productos y servicios tecnológicos, sin olvidar por supuesto la fuerte tendencia al gasto en actividades de recreación y esparcimiento.
Este sorprendente aumento en el poder adquisitivo de nosotros, los colombianos, debe encender las alarmas de nuestras finanzas personales y familiares; está claro que no se debe a un incremento salarial, ni a una disminución de los precios del mercado, ni a que todos nos hayamos convertido en multimillonarios: Se debe a que nos encontramos muy endeudados.
Realmente no estamos en camino hacia el equilibrio financiero sino más bien estamos dejándonos llevar por las llamativas opciones de endeudamiento que la sociedad de consumo pone al alcance de nuestra mano, y poco a poco, estamos cayendo en la engañosa trampa de la deuda.
Y cuando nos damos cuenta que nuestra capacidad económica no puede cubrir todos los compromisos que hemos adquirido, automáticamente nos "colgamos" en el pago de las cuotas de nuestros tormentosos créditos y la burbuja financiera comienza a hacer su aparición.
Al descubrir que cada vez se nos dificulta más el pago de nuestras obligaciones, optamos por vender aquel vehículo o aquella vivienda, que ahora no son más que un dolor de cabeza, y nos enteramos que nadie está interesado en comprar sino por el contrario la gran mayoría prefiere vender. Y es así como la liquidez se convierte en un problema, porque ¡tendremos deudas y no contaremos con el dinero en efectivo para pagarlas!
Si bien es cierto que no existe un indicador exacto y preciso para predecir en qué momento estallará una nueva crisis económica, lo que sí es posible es anticiparnos y prepararnos en caso de que exista una. A continuación cinco puntos clave para tener en cuenta:
1. Revisar nuestras necesidades
Es
recomendable que hagamos un inventario de los gastos que planeamos ejecutar
para poder empezar a revisar cuales de estos resultan ser prioritarios y cuales
podrían esperar un poco más. Es importante conocer esta clasificación de
nuestros gastos porque en el momento de enfrentarnos a una crisis económica
descubrimos que no todas las necesidades deben ser cubiertas al mismo tiempo
sino que es más efectivo tener claridad en nuestras necesidades más
apremiantes.
2. Revisar nuestro presupuesto
Cuando una crisis financiera aparece, nuestro salario será el primer afectado. Por esta razón es necesario hacer una cuidadosa revisión de la suma de dinero del que disponemos y hacer una comparación con la cantidad de dinero que pretendemos gastar; Debe existir un equilibrio. Es fundamental que consideremos si vale la pena sacrificar la tranquilidad del futuro por un capricho en el presente.
3. Comprar con inteligencia
Para comprar tenemos que ser muy inteligentes y evaluar las opciones que ofrece el mercado no está de más. Si una fuerte dificultad económica toca nuestra puerta, de nada nos será útil acumular y acumular bienes suntuarios.
4. Evitar endeudarnos
La planeación debe ser nuestra aliada. En épocas de crisis las tasas de interés de los créditos aumentan considerablemente haciendo que el pago de estas obligaciones se torne prácticamente imposible. En caso de enfrentarnos a una crisis es recomendable tener fondo de emergencias que nos permita hacer frente a la incertidumbre sin necesidad de generar mayores alteraciones a nuestra calidad de vida.
5. Preparémonos para la crisis
Las crisis llegan sin aviso. Sin embargo debemos estar alerta a las señales que se nos presentan. Es importante ajustar nuestros gastos a nuestros ingresos y tener un fondo de ahorro o inversión. Busquemos vivir un nivel de vida sostenible que nos permita solventar cualquier problema financiero sin sufrir mayores alteraciones en nuestra economía. Recordemos que una persona “Rica” es aquella que puede vivir la mayor cantidad de tiempo sin recibir ingresos y aun así su calidad de vida no se ve afectada.